miércoles, 17 de marzo de 2010

las apalabras engañan

Existen algunas palabras en la lengua de Cervantes(1) que me tienen la cabeza loca. Es algo muy personal y puede que a vosotros no os pase lo mismo, pero yo os comento mi inquietud, a ver qué os parece.

La palabra fastuoso, por ejemplo. De toda la vida he asociado esta palabra a algo desagradable. Es oír fastuoso e imaginarme las cosas más abominables que mi cabeza es capaz de producir. Fastuoso. Es como un pequeño vómito, no me jodas. Me imagino a un ser abyecto, sucio, como de fango, que se arrastra por el suelo como si se tratara de un monstruoso caracol.

Sin embargo:

fastuoso: 1. adj. Lujoso, magnífico, digno de verse.

Pero a mí me sigue sonando a mierda, oye.

Y claro, como todo tiene su némesis, si hay palabras que me producen este efecto, también existen otras que me producen el efecto contrario. En este caso, la palabra es ominoso. No sé cual es el motivo aún pero, si no conociera esta palabra, a ominoso le asociaría sin pensarlo una definición similar a la de fastuoso. Algo ominoso; bonito, lujoso, reluciente. ¿No?

Pero nada más lejos de la realidad:

ominoso: 1. adj. De mal agüero, abominable, odioso, execrable.

Qué cosas, eh.

Y no entraré a valorar palabras como cacumen (1. m. coloq. Agudeza, perspicacia), porque sería humor demasiado fácil.

(1) El castellano, no el órgano muscular situado en la boca de Miguel de Cervantes. Porque visto así se convierte en una expresión hasta repugnante.

2 comentarios:

  1. A mí hay palabras cuyo significado se me olvida periódicamente porque cuando las vi por primera vez les adjudiqué un significado que no era el que tienen en realidad:

    "Conspicuo": para mí,alguien con un carácter introvertido y metódico.

    "Taciturno": para mí, alguien perezoso y noctámbulo.

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  2. Precisamente a mi "ne´mesis" se me antoja el nombre de una capacidad cerebral que tiene que ver asi como con la telequinesia. Extraño.

    Y no esta´ en el diccionario, joder!

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