jueves, 7 de enero de 2010

los anuncios de juguetes

Cuando era pequeño(1), recuerdo que pedí a los Reyes Magos El barco pirata de Playmobil. Y no lo pedí por el barco en sí, sino por el descomunal mundo que rodeaba al buque en el anuncio de televisión. Eso era el sueño de todo niño, un universo en miniatura con mar y todo. El no va más, vaya. Esa noche, soñé con ese océano, con esa isla y con el cielo de ese pequeño gran universo que, por la mañana, podría gobernar a mi antojo.

Mañana de reyes. Me levanto como un loco y voy hacia la montaña de regalos. A tomar por el culo los paquetes blandos y pequeños, voy directo a las cajas con presencia. La encuentro. Es ella. En la caja, una imagen sacada del anuncio. Abro el paquete con cuidado, no sea que una gaviota choque contra mi cara en su errático vuelo. No oigo ni huelo la brisa marina. Muy raro. Pongo la mano dentro. Y saco una mierda de barco de plástico y un playmobil con un parche en el ojo. En ese momento mi mente aún no entiende que eso es todo. Miro dentro de la caja. Nada.

- Mama, ¿dónde está el mar?
- Bueno, es que el mar...
- ¿Dónde está el mar?
- ¡Alaaa!, ¿¡has visto qué barco!?
- Mama, ¿dónde está el mar?
- Es que el mar... no viene.
- Pues que venga.
- Podemos ir a la bañera y...
- ¿Mama, dónde está el mar?
(pausa dramática)
- El mar era del anuncio.

Muerte. Unos cristales se rompen en mi cabeza. Hay un eclipse en el comedor. Algo se desprende en mi interior e impacta contra el suelo. El ser humano lo llama ilusión. Una ilusión desintegrada por un anuncio indecentemente engañoso. Me vendieron un mundo de fantasía y color. La realidad era gris y de plástico. Yo quería decir algo. Tenía que ser algo breve, directo y que expresara de algún modo como me sentía. Busqué en sitios de mi cabeza donde aún no había estado. Algo encontré. Y hablé.

'Su puta madre, me la han colao.'

No había mar, amigos. Ni cielo. Ni arena. Ni playa. Ni palmeras. Nada. Todo se reducía a un barco y un muñeco.

A los que llevan el marketing de todo este pollo: que engañéis al adulto, vale. Que pongáis una rubia semidesnuda encima de un coche, pasa. Ya somos mayorcitos; si aún no pillamos que la mujer no viene con el coche es nuestro problema. Pero no vayáis a por el infante, que él es débil de mente, coño. Que se cree que un señor de cien quilos vestido de rojo entra por la chimenea a dejar regalos. No hurguéis en esa inocencia, por favor. Dejad de demoler ilusiones con vuestros anuncios. No hacéis nada bueno con eso. Estáis sembrando estiércol. Y la sociedad crece en mal estado. Después los niños se hacen adolescentes y se graban con su webcam diciendo que van a entrar en la universidad con una AK-47 y van a montar una fiesta.

Esos chicos no nacieron malos. A esos chicos les dinamitasteis la infancia.

(1) De edad, digo. No es que fuera un ser diminuto.

4 comentarios:

  1. pues hace unos pocos años los anuncios de los clicks (que se llaman clicks) eran un stop motion currao que ni harryhausen. y nosequé asociación de protección a nosequién dijo que eso era hacer creer al niño que el muñeco caminaba y volaba y el copón bendito y que no podía ser y que los iban e empurar. ahora sale la mano del niño moviéndolo, pero el mar, el bosque y el decorado sigue.

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  2. Cierto. De hecho en el anuncio al que me refiero la cosa iba sola. Y oye, como pieza audiovisual, mola. Pero que es una estafa, también.

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  3. así empezó el asesino de la katana. quería las alcantarillas de las tortugas ninja y le trajeron una tubería vieja.

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  4. inocencia violada, se llama eso.

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