martes, 26 de enero de 2010

A

Hoy una teoría de las finas.

Premisa 1. Avatar, la película de James Cameron, ha reventado la taquilla y está aniquilando todos los récords habidos y por haber.

Premisa 2. Hace unos meses, en boca de todos, sólo había una cosa: Gripe A.

(No os avancéis. Tranquilos. Dejadme hablar, que tengo una metáfora muy chula preparada.)

Hace tiempo que en mi mente revoloteaban estas dos ideas como dos mariposas de vuelo errático. El otro día, mientras me comía unas natillas, esas dos mariposas coincidieron en el espacio-tiempo y se metieron una hostia de las que hacen época. Mi cuchara cayó al suelo. Y lo vi claro. ¿Cómo no lo había visto antes? Los dos sucesos están intrínsecamente relacionados. Uno es una consecuencia directa del otro. Amigos, la Gripe A fue una campaña de marketing ideada para publicitar la película de Cameron. En otras palabras, James Cameron creó la Gripe A. ¡Tchan-chan-chaaan! (lo siento, los efectos sonoros no son lo mío).

Pues sí, James es capaz de eso y más. Si fue capaz de inventar al T-1000, ¿cómo no va a ser capaz de inventar una gripe? Pensadlo bien. Gripe A. ¿Por qué no Gripe B? ¿O Gripe E? Pues porque la película no se llama Bavatar. Ni Evatar.
Y aún hay más: ¿Sabéis como se llama este tipo de publicidad? Publicidad viral. Viral, amigos. De virus. ¿Coincidencia? A estas alturas, lo dudo mucho.

Sé que era algo subliminal, lo que no sé deciros es cómo funcionaba exactamente el tema. Pero de eso no me tengo que encargar yo. Aquí es donde yo cedo mi descubrimiento a los psicólogos y demás científicos. Ahora que sigan ellos.

¿Y qué pasó? Pues que a la gente se le fue quedando en la cabeza esa letra. A. A. A. Aaaavatar. Cuando no faltaba mucho para el estreno de la película, Cameron dio la señal para aparcar el tema de la gripe. La desaparición de una de las As tenía que ser sustituida por otra A. Y en cuanto se produjo el estreno, todos a las salas como locos, empujados por una fuerza invisible, por el deseo irrefrenable de ver esa película. Por el poder de la A. La A de Avatar. La A de astucia.


¿Y dónde está la gripe ahora? se preguntarán algunos. Pues ni se sabe, ni importa ya. Desapareció cual McGuffin. Lo único que importa ahora es la película. Los bichos azules. El planeta fluorescente. A. A. A. Qué listo eres, Cameron. Qué astucia la tuya. Qué poder. Qué cosa, madre.

Y hasta aquí mi teoría.


O eso, o la gripe ha sido un negocio para vender vacunas. Prefiero pensar en lo de la promo.

2 comentarios:

  1. Pero bueno, pero bueno, pero bueno...

    Un día de estos te llamará la CIA.
    Avisado quedas.

    ResponderEliminar
  2. Y ahí estaré para atenderles, y ahí estaré...

    ResponderEliminar