martes, 9 de junio de 2009

mitos infantiles (2)

Voy a hablar de Los Lunnis, el equivalente contemporáneo a Barrio Sésamo. Estos engendros no han precisado del paso del tiempo para desmejorar, son aterradores de fábrica. Están hechos con mala leche, que no me jodan.
Detrás de Los Lunnis hay gente mala. Y detrás de esta gente está Satán, que es quién mueve los hilos (de los muñecos y de las personas). Se trata de gente sin alma que no puede tener hijos y que ahora se está vengando del mundo.
Los Lunnis van en plan manada. No había suficiente con uno, hicieron un ejército.
Y siempre están ahí, cada día. Vigilantes. Como los Nazgul.
De todos ellos, hay uno que se lleva la palma.
¿Esto qué es? Un error de laboratorio, ¿no? Yo creo que este lunni es un intento de la ciencia de cruzar a Bart Simpson, Kate Moss y un chimpancé. Y salió lo que salió.
¿Qué me decís de su mirada? Eso no son ojos, amigos, eso es droga. ¿Tu crees que este mutante pasado de speed le tiene que dar las buenas noches a tu hijo? Va, hombre. Tu niño no dormirá tranquilo jamás. Soñará con esa cara, con esos ojos, con ese diente maldito hasta el fin de sus días. A quien sea que creó esta criatura se le fue la mano. Y la cabeza. Este bicho hiperactivo se desvive por las anfetaminas y un día de estos se le cruzarán los cables y montará un pollo en directo que lo vamos a flipar. El hábitat natural de este sujeto es un after, no un plató. Así que dejadle libre ya. Él será feliz lejos de la tele y los niños dormirán mucho mejor.
Y, por favor, basta de experimentos en horario infantil. Luego hay gente que se pregunta porqué los niños miran El diario de Patricia. La respuesta es obvia, ¿no?

1 comentario:

  1. Para mí que ese Lunni es compañero de fiestas de Andrés Pajares...

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